martes, 21 de julio de 2009

Sobre la OBJETOvidad

Los objetos pueden ser callados, pero hablan con las formas y los colores, y sus ruidos y no ruidos. Los objetos son observadores, realistas, pensadores, móviles e inmóviles, los objetos son. Y al ser, son algo.

Y allí están, siendo algo, mirando a diferentes puntos, estancados con la mirada hacia el horizonte, hacia el suelo, hacia el techo, hacia la ventana, o a un dormitorio, dentro de un alacena, colgado sobre una soga, o esperando su declive al piso.

Están ahí, precisamente, esperando. Esperando a ser utilizados o no, maldecidos o agradecidos. Enchufados, prendidos, señalando con luces su funcionalidad. Muriendo o naciendo, fundiéndose, ahogándose, partiéndose, allí están.

Sentir o no, pensarlo o no, creérselo o no, hay veces que soy objeto. Observador, realista, pensador, móvil e inmóvil. Pero claro, los objetos a veces son útiles o inútiles, pero nunca creadores propios de sus perfiles, de su estima. Los objetos son, por lo que afuera dicen que son.

Los objetos son nombrados, manoseados, renombrados, manoseados nuevamente, pintados, arreglados, estallados y hasta regalados, pero por dentro siguen siendo eso, objetos, esencialmente objetos, tal cual al objeto que pueda estar de lado de ese objeto. Iguales, pero únicos. Parecidos, pero distintos. Casi pegados, pero separados.

6 comentarios:

  1. cuánto nos cuesta entender que los objetos simplemente SON...
    así terminaríamos con nuestras alocadas aventuras de propiedad..
    y dejaríamos ser.
    Gracias por recordarnos que cada cosa tiene su proceso individual.........

    :)

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Y es fácil pensar que somos objetos o al menos, sentirse como tales...esperando ser utilizados, manoseados, renombrados...que alguien piense que servimos no solo para algo, sino también para alguien. Hasta llegamos a creer que si no somos objeto de alguien, carecemos de valor....

    Ahora bien, supongo que hay solo un detalle que nos impide ser objetos: no seguimos siendo el mismo objeto luego de ser pintados, arreglados, estallados y hasta regalados. A veces todas esas acciones pueden hasta cambiar nuestra esencia, convertirnos en otro objeto hasta que "otro alguien" nos vuelva a usar...

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  4. Y qué lo digas.......a mi me habla mi cepillo de dientes. Y no es broma.

    :)

    Gracias por la visita al blog. Un saludo.

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  5. no tardes más en escribir mal bichillo!
    Llamame sentimental pero para mi los objetos tienen sentimientos añadidos,veras:
    Si compro un jarrón para la casa en la que vamos a vivir juntos,siempre será"el primer jarrón que compré para nuestra casita"
    Adquiere un valor sentimental en mí.
    Si finaliza nuestra relación,ese jarrón seguirá teniendo ese valor.
    Y esto me lleva a tener muchos problemas porque realmente sé que es un maldito jarrón,pero y lo bonito que fue comprarlo?
    Sí, soy tontita,lo sé...

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  6. ahhhh!y puede ser como tú dices "nombrados, manoseados, renombrados, manoseados nuevamente, pintados, arreglados, estallados y hasta regalados" pero sigue siendo un objeto!
    No pierde su esencia!

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