martes, 21 de julio de 2009

Sobre la OBJETOvidad

Los objetos pueden ser callados, pero hablan con las formas y los colores, y sus ruidos y no ruidos. Los objetos son observadores, realistas, pensadores, móviles e inmóviles, los objetos son. Y al ser, son algo.

Y allí están, siendo algo, mirando a diferentes puntos, estancados con la mirada hacia el horizonte, hacia el suelo, hacia el techo, hacia la ventana, o a un dormitorio, dentro de un alacena, colgado sobre una soga, o esperando su declive al piso.

Están ahí, precisamente, esperando. Esperando a ser utilizados o no, maldecidos o agradecidos. Enchufados, prendidos, señalando con luces su funcionalidad. Muriendo o naciendo, fundiéndose, ahogándose, partiéndose, allí están.

Sentir o no, pensarlo o no, creérselo o no, hay veces que soy objeto. Observador, realista, pensador, móvil e inmóvil. Pero claro, los objetos a veces son útiles o inútiles, pero nunca creadores propios de sus perfiles, de su estima. Los objetos son, por lo que afuera dicen que son.

Los objetos son nombrados, manoseados, renombrados, manoseados nuevamente, pintados, arreglados, estallados y hasta regalados, pero por dentro siguen siendo eso, objetos, esencialmente objetos, tal cual al objeto que pueda estar de lado de ese objeto. Iguales, pero únicos. Parecidos, pero distintos. Casi pegados, pero separados.

No quiero que-